El anfiteatro de El Jem es un impresionante monumento romano situado en una llanura llana y desértica del norte de África. Su silueta maciza y redonda lo hace visible desde gran distancia. La localidad alrededor del edificio ha evitado los edificios altos, haciéndolo aún más prominente.

Una conservación excepcional

A pesar de las muchas dificultades que ha enfrentado el edificio a lo largo del tiempo, el anfiteatro de El Jem sigue siendo una de las obras mejor conservadas de su tipo. El severo bombardeo de cañonazos de finales del siglo XVII provocó una gran brecha en el lateral del edificio. Sin embargo, el monumento ha conservado la mayor parte de la infraestructura de soporte de las gradas, incluido el muro del podio, la arena y el subsuelo, que están prácticamente intactos.

Capacidad y estructura

El anfiteatro de El Jem tenía una impresionante capacidad de hasta 30.000 espectadores, lo que lo sitúa como el séptimo anfiteatro más grande del Imperio Romano. La arena, de 65 m de longitud según su eje mayor, está atravesada en el sótano por dos grandes galerías. Estas galerías servían como pasillos para actores, bestias y máquinas que podían confinarse en dos series de ocho celdas subterráneas.

Un hito en el África romana

Erigido alrededor del año 238 d.C., el anfiteatro de El Jem es un hito importante en la historia del África romana. Da testimonio de la prosperidad de la pequeña ciudad de Thysdrus (ahora conocida como El Jem) durante el Imperio Romano. El monumento es uno de los ejemplos más logrados del tipo arquitectónico romano del anfiteatro, casi a la par del Coliseo de Roma.

Un espacio cultural

El Coliseo El Jem no sólo ha servido como monumento histórico sino también como espacio cultural. Desde hace casi dos décadas acoge el Festival de Música Sinfónica de El Jem y otros eventos artísticos durante el verano. Su grandeza y características únicas han atraído la atención tanto de académicos como de turistas